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Este es un espacio virtual que invita a discutir, reflexionar y encontrar mayor información acerca de distintas temáticas relacionadas con la psicología del comportamiento humano desde una óptica filosófica.

viernes, 26 de agosto de 2011

Texto: El derecho al afecto.

EL DERECHO AL AFECTO (1)

            Una de las demostraciones más tristes  de “analfabetismo afectivo”, sucedió  a finales de la década de los ochenta, cuando los niños de los orfanatos rumanos  fueron adoptados por familias occidentales. Hasta ser adoptados, se les estimuló poco o nada, no habían sido individualmente atendidos por adultos , y lo peor del caso, no habían recibido nada parecido  a la ternura, al afecto o el amor fraternal  de los padres.

            De esta forma por mucho  que hayan recibido amor en sus hogares adoptivos gran número de ellos se hicieron adultos  con problemas emocionales y sociales  que repercutieron en comportamientos violentos, otros desarrollaron un cuadro de atraso mental; algunos presentaron un gran retroceso en el lenguaje y en la apropiación del conocimiento; mientras que otros murieron, debido a que fueron  propensos a desarrollar infecciones de toda naturaleza, pues la ausencia del afecto  bloquea el sistema inmunológico.  Hoy sabemos   que para que se desarrollen las defensas del cuerpo,   son fundamentales todos los sistemas de apoyo afectivo que necesita el ser humano (caricias, abrazos, cariño, estimulaciones táctiles .etc ).

            El ser humano no sobrevive a la ausencia de afecto, ni mucho menos a la indiferencia, pues  todos necesitamos que se  nos reconozca como seres incompletos y dependientes de amor y de afecto. En este sentido podríamos afirmar que se puede sobrevivir sin  una adecuada alimentación, sin música, sin visiones y olores; pero no podemos sobrevivir sin afecto  ni caricias. He ahí nuestra fragilidad humana. ( Un niño prematuro, cuando se acaricia  el peso aumenta en mas del 50%).

El desarrollo afectivo y emocional es la base biológica, sobre la cual se fundamenta el desarrollo cognitivo, pues filogenéticamente del sistema límbico (emociones), evolutivamente surge la corteza cerebral (racionalidad). Desde esta perspectiva es necesario, el aporte de actividades y ambientes propicios para el desarrollo adecuado de estos procesos, en los cuales es fundamental la mediación humana.  Tales ambientes corresponden, proporcionarlos inicialmente la familia y luego  la escuela. En el espacio familiar  es necesario que la madre se identifique naturalmente con el niño en sus  primeras fases de desarrollo, para tener la capacidad de ponerse en su lugar y comprenderlo en sus necesidades naturales de dependencia afectiva, es decir, los abrazos, el calor, los gestos, los halagos, los silencios  y en especial  el contacto directo como caricia son esenciales. De esta forma la mano al acariciar tantea y es incierta, no tiene propósitos, no es violenta, sirve para acariciar de igual forma como se hace con el gesto, con el balbuceo, con los susurros del lenguaje, con el calor humano.

Notas:
(1). CARLOS ALBERTTO JIMÉNEZ VÉLEZ. Escritor e investigador de procesos alternativos alrededor de la Neuropedagogía, la lúdica , la creatividad y el desarrollo humano.




Breves preguntas para profundizar la comprensión.


1)    Considerando lo expuesto en el texto ¿en qué consiste el ‘analfabetismo afectivo’? Elabora una definición de éste.


2)    ¿Cuáles son las tres áreas del desarrollo humano en que incide fundamentalmente el afecto? Explique brevemente cada una de estas.


3)    A su juicio, ¿en qué aspectos de nuestra sociedad – o de nuestras relaciones sociales- se evidenciaría cierto analfabetismo afectivo?



lunes, 22 de agosto de 2011

Emociones, cognición y comportamiento humano

Entrevista sobre las emociones y su relación con la cognición y acción humana. 



*Entrevista: Antonio Damasio, Director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California

Debe ser uno de los pocos sabios renacentistas que aún quedan sobre la Tierra. El año pasado, este neurólogo portugués afincado en Estados Unidos recibió el último Premio Príncipe de Asturias de Ciencia por sus innovadoras contribuciones a la comprensión neurológica del cerebro, las emociones y el comportamiento del ser humano. Sin embargo, Damasio no es uno de esos científicos que sólo sabe de microscopios y tubos de ensayo, padeciendo esa forma de ceguera que Ortega y Gasset llamaba «la barbarie del especialista». Muy al contrario, es un hombre cuya ciencia se nutre del pensamiento de los grandes filósofos, como bien reflejan los títulos de sus dos obras más conocidas: El Error de Descartes y En Busca de Spinoza (ed. Crítica).

Durante décadas, Antonio Damasio se ha dedicado a bucear entre las neuronas del Homo sapiens, y ha llegado a la conclusión de que es imposible comprender a esos extraños bípedos que somos los humanos sin analizar a fondo las raíces cerebrales del miedo, la alegría, la tristeza, el orgullo, la vergüenza y todo el amplio repertorio sentimental de nuestra especie. Damasio ha sido el gran pionero en la exploración del territorio emocional del cerebro, y su influencia en todo pensamiento, decisión y acción del ser humano. De todo ello ha venido a hablar esta semana en Madrid este gran neurólogo de mirada penetrante, invitado por la Fundación Santander Central Hispano dentro de su ciclo de conferencias, Los Enigmas de la Ciencia.

PREGUNTA.- ¿Por qué son las emociones tan importantes para comprender el comportamiento del ser humano?

RESPUESTA.- Toda decisión humana es un producto tanto de mecanismos emocionales como de procesos cognitivos. En las especies que nos precedieron, los primeros razonamientos fueron emocionales. Cuando un animal huye de una amenaza, toma esta decisión basándose en un mecanismo emocional: el miedo que le produce un depredador, por ejemplo. Y también en el caso de los seres humanos, las emociones son componentes fundamentales en la toma de decisiones. Están ahí para ayudarnos a hacer o dejar de hacer algo. Por ejemplo, las decisiones que voy tomando yo ahora mismo sobre cómo voy a contestar a sus preguntas no son puramente racionales ni puramente emocionales, sino que son el producto de un proceso entremezclado de sentimientos -basados en recuerdos de experiencias anteriores- y razonamientos.

P.- Desde este punto de vista, ¿cree que la clave de una buena educación es moldear adecuadamente las emociones de un niño?

R.- Es evidente que hay algunas emociones que son fundamentales para lograr el tipo de comportamientos sociales que consideramos más beneficiosos. Por ejemplo, la compasión, la vergüenza, el orgullo, la admiración por las acciones virtuosas... Desde muy pronto, los niños expresan estas emociones, y un objetivo fundamental de la educación es canalizarlas para lograr que las reacciones sean las más adecuadas para la convivencia social. Es decir, que surja la compasión cuando se ve a otros sufrir, que se sienta vergüenza tras actuar de forma incorrecta, etcétera. La educación debe moldear todas estas emociones de forma que favorezca el buen comportamiento, y una de las claves para este proceso de aprendizaje es la recompensa y el castigo, que estimulan ciertos comportamientos y coartan otros. En resumen, el núcleo de todo el sistema emocional de nuestro cerebro es el palo y la zanahoria.

P.- ¿Hasta qué punto cree que la inteligencia es un potencial innato que la naturaleza no distribuye de forma equitativa?

R.- Es evidente que existen ciertas aptitudes innatas. Basta pensar en el talento musical de Mozart, que evidentemente tenía un oído y una capacidad excepcional para la música. Pero al mismo tiempo, es evidente que ese talento potencial no hubiera servido para nada si Mozart no hubiera sido expuesto desde que era muy pequeño a un ambiente musical que estimuló y fomentó sus habilidades. Doy este ejemplo para enfatizar que aunque, hasta cierto punto, algunas aptitudes cognitivas tengan una dimensión innata, es igual de crucial que exista un entorno en la que puedan desarrollarse.

P.- La zoología y la etología nos sorprende continuamente con hallazgos sobre las impresionantes similitudes entre los humanos y otros animales, sobre todo los primates. Para usted, ¿qué es lo que define la especificidad del cerebro humano, la clave que nos diferencia de otras especies?

R.- Son varias cosas las que nos diferencian de forma clara. En primer lugar, la enorme capacidad de nuestra memoria. Ninguna otra especie tiene una capacidad tan grande para retener vivencias y, sobre todo, recuerdos concretos. En segundo lugar, nuestra capacidad para el lenguaje, y la forma en la que podemos usarlo para nombrar y clasificar toda clase de cosas. Y luego está quizás lo más importante, que es nuestra forma de mirar al pasado y plantearnos los posibles futuros que nos esperan. Otras especies pueden tener recuerdos del pasado, pero con una capacidad de retención muy inferior a la nuestra, pero además lo que nos caracteriza a los humanos es que continuamente estamos haciendo planes para el futuro, ya sea para las próximas horas, días, meses, años y hasta el final de nuestras vidas. Esto es lo que yo llamo el futuro anticipado, y es algo que nos define exclusivamente a los humanos. A raíz de esta capacidad, continuamente estamos comparando el presente con el pasado y con posibles futuros, y esto es lo que nos hace sentirnos miserables cuando pensamos que hemos fracasado, y felices cuando sentimos que hemos triunfado. Esta es una de las grandes claves del dolor y el placer en el ser humano: las comparaciones que hacemos entre lo que fuimos, lo que somos y lo que querríamos ser. Quizás tenemos genomas muy parecidos a los de los chimpancés, pero es evidente que hay mucho que nos diferencia gracias a nuestra extraordinaria capacidad para la memoria y el lenguaje.

P.- ¿Cree que un ordenador podrá replicar el funcionamiento del cerebro humano?

R.- Si lo hiciera, tendría que replicar el sistema emocional de recompensas y castigos. Un ordenador actual puede replicar ciertos sistemas cognitivos humanos, pero no puede reproducir emociones humanas. Es decir, ¡no sufre! Sólo los sistema vivos puedan enfermar, sufrir y morir. A un ordenador puedes cargártelo de un martillazo, pero no puedes torturarlo o matarlo.


Actividad de análisis sobre textos de Apoyo a la clase. Desarrolla en tu cuaderno.

a.-Indica qué relación se establece entre la dimensión cognitiva del ser humano y su
 dimensión afectiva o emocional. Ilustra tal explicación con un ejemplo.


 
b.-¿Qué opinión tienes respecto de lo que indica Damasio sobre moldear las emociones desde el castigo y la recompensa como una forma educativa de lograr la convivencia social? ¿Surgen para ti otras formas de moldear las emociones? Explica la reflexión que hacen al respecto.

 
c.-A modo de síntesis qué define al homo sapiens en la visión de este neurólogo, considerando las dimensiones que constituyen la naturaleza humana. Esboza una definición de ser humano que sintetice las consideraciones del autor y tu propia mirada. Fortalece tu descripción con un ejemplo.



Amor, emocionar y lenguajear.




Acerca de la Biología del Amor  y del emocionar-lenguajear (1).

Maturana (y Verden-Zöller, 1993) es el primer científico que explica el amor. En su proposición, el amor no es una cualidad, o regalo o virtud, sino que es un fenómeno biológico relacional. De acuerdo a él (Maturana, 1993), el amor consiste en una conducta o clase de conductas a través de las cuales el otro aparece como un legítimo otro en coexistencia con uno en circunstancias que el otro puede ser uno mismo. De acuerdo con él, no es un asunto de legitimar al otro, o de hacer cosas intencionalmente para legitimar al otro, es un asunto de la conducta a través de la cual la legitimidad del otro no es negada, aún en el desacuerdo. De acuerdo con él, el amor es un fenómeno biológico básico, y es la emoción que constituye la existencia social. Maturana cree que nos enfermamos al vivir una manera de vivir que sistemáticamente niega al amor.

De igual modo, de acuerdo a Maturana, lo que está implícito cuando hablamos de emociones son disposiciones dinámicas corporales que especifican el dominio de acciones en la que el organismo se mueve. Para Maturana la emoción define la acción. Es la emoción la que define cuándo un gesto dado es una agresión o una caricia. De acuerdo a Maturana nosotros siempre estamos en una dinámica emocional, en un fluir de un dominio de acciones a otro en la historia de interacciones recurrentes en la que vivimos. De hecho, el afirma que nosotros aprendemos nuestro emocionar mientras vivimos con otros desde el útero (Maturana y Verden-Zöller, 1993). De acuerdo a Maturana, cuando lenguajeamos, nuestro lenguajear y emocionar están entrelazados, de tal manera que nuestro fluir emocional es afectado por nuestro lenguajear, y nuestro lenguajear en afectado por nuestro fluir emocional. Nuestras emociones, tanto las de los otros, cambian como resultado de nuestras palabras; y nuestras palabras cambian como resultado del cambio en nuestras emociones.


Notas:

1.    Extracto seleccionado por Asignatura de Filosofía y Psicología LMS, desde: “Las Contribuciones de Humberto Maturana a las Ciencias de la Complejidad y la Psicología. Alfredo Ruíz. En: http://www.inteco.cl/



Actividad de análisis sobre textos de Apoyo a la clase. Desarrolla en tu cuaderno.

a.-¿Qué indica la expresión de Maturana referida a que el amor es un fenómeno biológico relacional? Aporta con dos ejemplos de cómo aquel fenómeno se expresa en la convivencia humana.

b.- ¿En qué aspectos específicos consideras que la sociedad chilena niega el amor, y por tanto estaría enferma? Desarrolla esta pregunta precisando de qué modo se daría tal negación en dos aspectos sociales y cuáles son las consecuencias de aquello.

c.- En la perspectiva de Maturana: ¿qué es una emoción y qué papel juega en la vida de las personas? Para responder realiza una síntesis de su comentario de modo de condensar su definición sobre emoción.